Todos nos sabemos el viejo truco. Si en un restaurante japonés hay japoneses es buena señal. Si en un restaurante etíope hay etíopes, es buena señal. Pues sí, en Barcelona hay tropecientas pizzerías italianas y, en La Balmesina, siempre hay italianos. Con esto se dice todo, pero sabemos que eres exigente, así que te contaremos algo más. Nos encontramos en la zona media de la larga Calle Balmes, justo por encima de la Avenida Diagonal, pero por debajo de la Travessera de Gracia. Si eres fiestero/a, sabrás de qué estamos hablando: Bling Bling, Sutton, Costa Breve y Luz de Gas están a apenas cinco minutos a pie. Las pizzas de La Balmesina son pizzas gourmet, elaboradas con masa madre de harina ecológica y larga fermentación. Lo primero que te preguntarán al llegar -después, claro está, de ofrecerte unas cañas y, por ejemplo, unas olivas gigantes- es qué tipo de masa quieres: la tonda (clásica masa fina con su punto crujiente) o la tonda de espelta (con harina de espelta integral). Después de eso, toca mojarse. Nuestras favoritas son la Búfala (tomate y mozzarella de búfala -con producto en crudo y sin hornear- y con opción de añadir anchoas del cantábrico), la Bardolino (tomate, mozzarella, champiñones, rúcula y ricotta ahumada), la Bootyfarra (mozzarella, butifarra, alcachofas, champiñones, tomates cherry, parmigiano y albahaca), la Trufaldina (mozzarella, setas -ceps y champiñones-, burrata, salsa de trufa y opción de jamón dulce) y, nuestra predilecta, la Cecina (tomate fresco, búfala -con producto fresco sin hornear- y cecina de León de vaca vieja selección El Castro). Redondéalo con un Affogato (una bola de helado de nata de Paral·lelo 'ahogada' en un café) y encara la noche con plenas garantías. Lo prometemos: La Balmesina nunca falla.