Alojado en la Plaza de Santa Ana desde el 12 de junio de 1897. No todo el mundo puede decir que tiene tanta historia como el 4 Gats, un local que ha sobrevivido a monarquía, república y dictadura, siempre fiel a su espíritu "gótico-puigcadalquesco mozo de escuadra-catalán", tal y como lo definió Eugeni d'Ors, un importante personaje catalán de principios de siglo, no muy afín a las obras arquitectónicas de Puig i Cadafalch, quien restauró este edificio original de, hasta donde sabemos, 1420. Con este edificio, se pretendió acercar la imagen de Barcelona a la del París de la época. Muchos artistas e intelectuales encontraron aquí refugio en la etapa del Modernismo catalán. Entre ellos, Pablo Picasso. Incluso Woody Allen quiso contar con 4 Gats para una de las escenas principales de 'Vicky, Cristina, Barcelona'. El Gastrobar de 4 Gats ofrece un sinfín de tapas. Nuestras favoritas son el steak tartar cortado a cuchillo y elaborado a la minute ante el comensal, la cazuela de gambas modernistas flameadas con absenta y sal volcánica y el hummus de remolacha con chips de verduras artesanas. Si vienes con más hambre, pide la carta y anímate con una tagliata de entrecot con patatas asadas, verduras a la parrilla y salsa tártara en escabeche, un arroz seco de rape, pulpo y gambas con fumet de pez de roca o un magret con tártar de aguacate, melocotón y mango. ¿Salivando?