"Can Recasens: Bodega del Arte y la buena comida desde 1906." Eso es lo que leemos en su tarjeta de presentación cuando visitamos por primera vez este restaurante tradicional catalán. No pudimos evitar preguntar por su carta mientras paseábamos por la Rambla del Poblenou, una de las más bonitas para andar en Barcelona. Ya dentro, rodeados por ladrillos e iluminación tenue, descubrimos los encantos de esta antigua carnicería, primero, y charcutería y quesería, después, fundada hace más de un siglo por la familia Recasens. Tras cinco generaciones, el local ha mutado en lo que ahora conocemos como bodega-degustación, aunque su aspecto, estilo y decoración se mantienen fieles a la idiosincrasia bohemia de sus inicios. Ensaladas, tablas de quesos y patés, tostadas de embutidos, fondues, carpaccios... y su vermut. Sobre todo, su vermut. De hecho, Can Recasens es también vermutería y renueva semanalmente sus vinos para adaptarlos a sus productos. La cerecita del pastel es la música en vivo. El jazz es el género que, habitualmente, se adueña del lugar por las noches.