El arte siempre ha corrido por las venas del empresario de Cassà Jaume Roser. Desde muy joven, su espíritu inquieto y creativo se reflejó en las delicadas piezas de hierro forjado que trabajaba en un pequeño taller del pueblo. Trabajador incansable y gran amante de la escultura, llegó a colaborar durante años en la producción de varias piezas del reconocido artista gerundense, Domènec Fita. A finales de los años 50 dejó las barandillas, las escalas de caracol y las rejas que tan hábilmente forjaba y enfocó su capacidad intuitiva y emprendedora para fundar la empresa Roser Construccions Metàl·liques. S.A., que con el paso de los años se convertiría en una de las compañías referentes del sector. Pero nunca dejó de lado su pasión por el arte. Además de aplicar esta vocación a la creatividad práctica de sus celebrados inventos para la industria, aprovechaba cualquier viaje de negocios o con su familia para visitar los principales museos del mundo y mantenerse al día en cuestiones de arte. Buen conocedor del mercado del arte contemporáneo, despacio fue creando su propia colección de piezas. Llegado el momento de jubilarse, en 2003 creó un nuevo y apasionante proyecto: el diseño y construcción de un gran jardín de esculturas en Cassà de la Selva, el ParcArt. Diseñado por el paisajista Manel Pradell y rodeado de estanques, parterres e inspiradores rincones, el espacio invita a disfrutar de una singular y extensa colección al aire libre de casi 350 piezas escultóricas. Reconocidos escultores contemporáneos como Néstor Basterretxea, Xavier Corberó, Medina-Campeny o Torres Monsó comparten espacio con piezas firmadas por el mismo promotor de esta original iniciativa.