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The Chemical Brothers lanzan “No Geography”, su mejor álbum hasta la fecha

By Paco Cavaller

April 12, 2019

“Sin este dúo de músicos, seríamos todos un poco más pobres.” Es tan sólo una de las muchas grandes frases que nos ha dejado la crítica internacional tras el esperado lanzamiento de No Geography. Este es el noveno larga duración de The Chemical Brothers. También es, para la gran mayoría de los expertos que ya lo han escuchado, su mejor trabajo de estudio en sus casi 30 años de carrera.

Tom Rowlands y Ed Simons quisieron ser The Dust Brothers, pero un grupo estadounidense de mismo nombre les obligó a buscarse una alternativa. El dúo de Manchester optó por presentarse al mundo como The Chemical Brothers, aunque quiso dejar en su primer LP un pequeño recuerdo; lo llamaron Exit Planet Dust. Corría el año 1995. 24 años y 8 lanzamientos después, llega No Geography, un trabajo que la industria musical lleva esperando meses. Parece que ha merecido la pena esperar. Vaya, si lo ha merecido…

A lo largo de estos años, hemos visto a The Chemical Brothers hacer prácticamente de todo. Su relativa proximidad al electro-house de big-room, conocido popularmente como EDM, ha eclipsado su verdadera relación con el sonido dance de finales de siglo. En la última década, los hemos visto consolidarse como reyes del big-beat, recuperar sonidos tranceros e incluso contar con algunas de las mejores voces del indie. Teniendo en cuenta que los de Manchester ya habían perfeccionado sus procesos, tanto cuando querían acercarse a la psicodelia del retro-rave, como cuando optaban por abrazar el pop-rock e incluso el hip-hop, la revista británica Pitchfork plantea: “¿Hacía donde debe ir uno cuando ya ha alcanzado el nivel maestro en sus dos vertientes creativas?”

Rowlands y Simons no han dudado: se han lanzado al ruedo. Se han tirado de cabeza al campo de batalla. Han bajado del escenario para unirse a la pista de baile. No Geography no pierde en sofisticación (más bien al contrario), pero sí aproxima el resultado al gran público y provoca el salto imprevisto desde donde se quiera que se esté escuchando el disco.

Imagen: © The Chemical Brothers

Con “Eve Of Destruction”, comienza una historia que enseguida recuerda a aquellos visuales dancer de hace 20 años, tan habituales en los conciertos de los Chem Bros. Son 47 minutos de disco, pero en cuanto se cumple el primero, un drop ya nos avisa de que estamos ante un trayecto de alto voltaje. La amplitud estilística del trabajo da la bienvenida a bases frescas y entonaciones pop que hacen que “Bango” entre en escena sin avisar. Un par de parpadeos y, con una facilidad insultante, los británicos ya lo han vuelto a hacer. Resulta imposible no visualizar una pista a reventar saltando, gritando, sudando con ellos. Afortunadamente, “No Geography” (tema homónimo al disco) baja las pulsaciones con melodías bucólicas, voces pregrabadas y sintetizadores con alta carga emocional. Podría ser un perfecto tema de cierre para cualquier historia de amor y, no en vano, es la pista que pone el cierre a este primer ciclo de la historia.

El carácter pop de “Go To Keep On” y su campaneo animan a un último desenfreno antes de que “Gravity Drops” nos dé un respiro en forma de ralentí acompañado de distorsión y horizontalidad armónica. No es, claro está, un respiro definitivo. A base de synth-pop, “The Universe Sent Me” y “We’ve Got To Try” recuperan el sonido más electro de los Chem Bros, siempre con ese hilo conductor en forma de energía que transmite la cantante noruega AURORA. Al llegar a “Free Yourself”, uno entiende el camino recorrido. La octava pista tiene olor a éxito, suena a grandeza. Rowlands y Simons tiran la casa por la ventana y dan todo lo que tienen. O eso pretenden hacer creer.

Imagen: © The Chemical Brothers

Los prestidigitadores tenían un conejo en la chistera. Nadie imagina un concierto de los Chem Bros sin revolucionar los tempos ni llevar las frecuencias analógicas al límite. Escuchen “MAH” para entender de qué hablamos. Es todo un detalle que The Chemical Brothers frenen bruscamente el ritmo y nos sirvan en bandeja el abrazo final de “Catch Me I’m Falling”. En total, 5 minutos que nos permiten respirar, asimilar y darnos cuenta de que, en efecto, estamos posiblemente ante el mejor trabajo de The Chemical Brothers hasta la fecha. O, por lo menos, el más completo.

(Imagen de Portada: © The Chemical Brothers)