Uno de los eventos icónicos regresa a la ciudad condal para dar la bienvenida a la temporada de macrofestivales. El Primavera Sound marca el inicio de este periodo un año más con su edición de 2024, ofreciendo una semana llena de música y actividades que conquistan Barcelona. Por supuesto, no podíamos perdérnoslo así que, sin más preámbulos, aquí está nuestra experiencia en el Primavera Sound 2024.
Miércoles: Concierto Inaugural
El miércoles arrancamos nuestra aventura en el Primavera Sound 2024 con el tradicional concierto inaugural gratuito. La tarde prometía, y no decepcionó.
Primero, Stella Maris, la banda salida de la exitosa serie “La Mesías” dirigida por “Los Javis”, nos ofreció una mezcla de dadaísmo y humor musical que nos atrapó desde el primer acorde. Encima, venían con sorpresas bajo el brazo, siendo la primera la aparición de Albert Pla, quien se unió a la banda para interpretar una de sus colaboraciones, y la Mainline Magic Orchestra, sumando surrealismo a un show que nos tenía desconcertados –en el buen sentido de la palabra–. Para rematar, la actriz mítica Carmen Machi se unió al final de la actuación, dejándonos a los fans de la serie boquiabiertos.
Luego, fue el turno de los incontestables headliners de la noche: Phoenix. Arrancaron con su éxito ‘Lisztomania’, reclamando la atención de todos los que estaban cenando o pidiendo otra ronda entre conciertos (como era nuestro caso, para qué negarlo). La precisión y la energía de su actuación fueron impresionantes, recordándonos por qué sus clásicos nunca pasan de moda. Sonaron tan perfectos como en sus discos, y generaron momentos de karaoke multitudinario como cuando sonó ‘1901’. Su despedida al más puro estilo rockstar, haciendo crowdsurfing con los brazos abiertos y una cerveza “tomada prestada” de algún fan, fue la guinda del pastel de una noche inaugural inolvidable.
Jueves: Ritmo y Groove en el Primavera Sound
El jueves, nuestro primer día oficial en el Primavera Sound, fue una auténtica montaña rusa musical, comenzando con la refrescante selección de Chloé Caillet en el Aperol Island. Este escenario, que se adentraba en el agua, ofreció un concepto y una atmósfera íntima e única con el Mar Mediterráneo de fondo. Chloé nos deleitó con un DJ set de house que combinó armas de club modernas con guiños a clásicos que mantuvo al público, tanto dentro como fuera de la pista de baile, moviéndose sin parar. Su sesión fue tan disfrutona que alargó su tiempo en los platos, dejándonos con ganas de bailarla un buen rato más.
Acto seguido tocaba disfrutar de L’Impératrice, la banda de pop más funky del panorama actual, demostró por qué son los reyes del groove parisino. Su performance fue una de las más destacadas del festival, no solo interpretando sus múltiples composiciones sinó tambien homenajeando a Daft Punk con ‘Aerodynamic’ en un solo de guitarra que nos dejó boquiabiertos. Su energía y estilo en el escenario los consolidaron como uno de los puntos altos del día.
Entre tanto, hicimos visitas rápidas a Balma, el dúo catalán de pop y electrónica que mostró tener madera para dar el salto a la fama, y a Roosevelt, que nos sorprendió con un desborde de groove en el poco rato que le pudimos ver.
Tanto Pulp como Deftones los escuchamos desde lo lejos mientras disfrutábamos de una de las muchas opciones de food trucks que el festival ofrece. Uno de esos momentos en los que uno dice “qué bonita es la vida” mientras alimenta tanto su paladar como sus orejas de forma simultánea, con estos dos grandes hitos de la música de fondo.
Y ya con las baterías cargadas, tocaba hacer historia. La actuación de Justice fue, sin duda, nuestra favorita del día, del festival y, potencialmente, uno de nuestros lives de electrónica favoritos de la historia. El dúo francés nos regaló un espectáculo donde brillaron tanto por el show de luces como por su inigualable sonido. Con un collage de sus éxitos pasados y presentes, nos mantuvieron cautivados durante más de una hora que deseábamos no terminara nunca. Momentos de cantar al unísono con vocales míticas como las de ‘We Are Your Friends’ y las nuevas colaboraciones con Tame Impala hicieron que la calidad audiovisual fuera de primer nivel mundial.
Para cerrar la noche, la trendsetter Peggy Gou. La DJ coreana nos hizo gastar las últimas fuerzas que nos quedaban en la pista de baile. Sus ritmos club-friendly fueron acelerando, compensando el cansancio acumulado de un jueves intenso y dejándonos con la promesa de un viernes igual de emocionante.
Viernes: Revelaciones y Serotonina Musical
El viernes fue un día lleno de sorpresas y emociones en el Primavera Sound 2024, comenzando con la electrizante actuación de Troye Sivan. Este pop star derrochó sensualidad, erotismo y, con descaro, fue empoderándose en cada nota. La aparición sorpresa de Guitarricadelafuente añadió un toque especial a su set, creando una atmósfera mágica que le ha llevado a recibir grandes halagos aún a día de hoy.
Y llegó el momento más mediático del festival. El poder de reclamo de Lana del Rey fue inigualable, congregando la mayor muchedumbre de la semana. Aunque solo pudimos disfrutar de las dos canciones finales desde lo lejos –en parte por una decisión estratégica–, entre ellas su icónico “Video Games”, su presencia fue suficiente para dejarnos impresionados.
Aprovechamos la atracción de Lana para visitar un escenario que acumuló grandes colas durante gran parte del festival: la Boiler Room. El stage lucía como un pequeño coliseo de estética industrial futurista, con la novedad de que el DJ se situaba en el epicentro de la pista en una tarima circular, creando una estampa preciosa llena de gente bailando alrededor del director de orquesta. La primera actuación que vimos fue la de El Kontessa, quien contó con una buena selección de temas experimentales en clave de bass. Sin embargo, no fue su mejor día a la hora de combinarlos, con ciertas transiciones que nos sacaron del mood en algunos momentos.
Disfrutando también del apartado urbano, Rels B nos sorprendió gratamente con un directo potente que conectó con el público. Su reparto de hits en clave de RnB mostró la enorme cantidad de fans que acumula, y su puesta en escena, combinando músicos, coristas y un DJ, nos hipnotizó más de lo previsto.
Barry Can’t Swim fue nuestra mayor decepción, aunque el pobre no tuvo ninguna culpa. No contábamos con la cantidad de gente que se congregó durante su live show. su poder de reclamo fue tal que hasta las gradas superiores estaban a rebosar. Aunque fue una buena foto para Barry, no pudimos bailar ni disfrutar lo que era una de las actuaciones que con más ganas esperábamos del viernes.
Por suerte, luego tocaba ver a otra actuación británica para la cual sí había una pista de baile lo suficientemente grande como para albergar a todos aquellos que querían disfrutar del directo. Estamos hablando de Disclosure, nuestra segunda actuación favorita del festival y otra que será difícil de superar a nivel sentimental.
Su show fue pura serotonina musical, con la muchedumbre sonriendo y saltando a la vez en cada uno de sus temas. Estos verdaderos hitmakers de la música house nos deleitaron con un catálogo tan extenso que ni siquiera echamos de menos clásicos como ‘You & Me’. El clímax llegó con ‘Tondo’, uno de sus basslines más pegadizos, realzado por un elenco de instrumentistas de viento que salieron explícitamente para ese momento que añadieron aún más epicidad. Los hermanos Lawrence, con su live show completamente renovado después de ocho años de parón del formato, nos dejaron verdaderamente emocionados.
Para cerrar la noche, Arca nos llevó a otro nivel con su cierre. Excéntrica tanto en lo musical como en su visceral estética, combinó su actitud de diva con una mezcla de DJ set y actuación en vivo que fue tan fascinante como desconcertante. Su energía y estilo únicos fueron el broche perfecto para una noche de viernes inolvidable.
Sábado: Después de la Calma, Llegó la Tormenta
Girando lo que el famoso dicho suele decir, “después de la calma llegó la tormenta”. Tras tres jornadas en las que el tiempo fue excelente y parecía que todo salía a pedir de boca, el sábado fue pasado por agua… y de qué manera.
La jornada comenzó con 070 Shake, quien cumplió con lo esperado de su show, aunque sin sorprender demasiado. Pero entonces, las nubes empezaron a amenazar, y la lluvia llegó con mucha fuerza. Nuestra ya prevista visita al Warehouse se vio afectada por un público que no estaba preparado para mojarse y buscó refugio en ese escenario. Fue curioso ver cómo se llenó contra todo pronóstico la primera actuación de la velada con Phew, quien se encontró con una pista de baile a rebosar mientras la gente –la mayorá nada familiarizada con la obra de la japonesa– intentaba descifrar el lenguaje en clave de ambient electrónico que ésta utilizó para arrancar su concierto.
De allí, fuimos saltando de escenario en escenario en busca de energía que compensara la bajona del temporal. Empezamos con Eartheater, que nos trajo una performance sensible e íntima, a pesar de la sorprendente cantidad de gente que se paró a escucharla bajo la lluvia. Sin embargo, nos seguía faltando esa cafeína sonora, y al no poder acceder a la Boiler Room –la cual tenía la mayor cola vista en todo el festival debido al DJ set de Arca que posteriormente fue interrumpido y desalojado a causa de la lluvia–, nos dirigimos a ver a una de esas artistas que han revivido gracias a un hit que les está dando una segunda juventud. Estamos hablando de Princess Superstar –sí, la cantante del resurgido ‘Exceeder’–, quien combinando sonidos electro house con otros más hiphoperos y pop, demostró ser una verdadera princesa sobre el escenario. Su actuación nos dio el calor que necesitábamos, haciéndonos saltar y bailar bajo la lluvia, y más allá de la posible etiqueta de “one hit wonder” también merece la de una performer en mayúsculas.
Con la reapertura de la Boiler Room, finalmente pudimos entrar para contemplar a Snow Strippers, quienes nos ofrecieron una mezcla de hyperpop macarra con un retorcido electroclash. Empalmamos su actuación con el DJ set de Kamixlo que, bajo su tétrica máscara, ofreció un inicio de sesión frenético, combinando electro y bass house con aroma dosmilero, y algunos mashups de heavy metal y dubstep. Ambas actuaciones fueron imprevisibles e intensas. Y eso nos gustó.
Luego subimos las escaleras para ver a Romy, cuya performance nos hizo sentir verdaderamente como si estuviéramos “crying at the disco”. Su tracklist plagado de rompepistas eurodance con letras melancólicas y sensibles hizo de su directo una fiesta que te invita a estar presente mentalmente mientras tus pies cobran vida propia. Un maridaje precioso.
Para cerrar la noche, tras un merecido descanso, cruzamos una última vez el recinto para despedir rápidamente a Róisín Murphy en su despampanante directo. Con múltiples cambios de vestuario y una demostración de cómo ser una diva atemporal, guardamos las últimas fuerzas para ver a otra diva contemporánea. Charli XCX, con un álbum a la vuelta de la esquina, hizo alarde de sus influencias llegadas del club. Su naturalidad sobre el escenario y su forma de conectar con la multitud fueron de lo más destacable. Resaltamos especialmente los bombos que pusieron a prueba los cimientos del Parc del Fòrum, sobre todo con ‘B2B’, uno de los últimos anticipos de ‘Brat’ que nos hizo bailar más de lo previsto.
Sunday: One Last Dance Under the Sun
Ya con las fuerzas bajo mínimos, la única forma de convencernos para seguir de fiesta otro día más era dándonos un sol revitalizante y ritmos contagiosos. Y viendo que el temporal contribuyó a la causa, el resto de la responsabilidad recayó sobre el line up que Brunch Electronik confeccionó para cerrar un año más el festival.
Para ello, se aseguró de que hubiera dinamismo tanto en la cabina como en lo que saldría de los altavoces. El primero de nuestra visita fue la sensación de TikTok, Mochakk. Con una sonrisa inamovible bajo su bigote y unos bailes que contagiaban la euforia con la que pincha, el brasileño llevó en volandas los primeros compases de nuestra tarde. Con algún que otro guiño para demostrar que no solo habla el idioma del tech house más puro, Mochakk sacó adelante una sesión que cumplió con su función y encandiló a un público mucho menos “Primavera” y mucho más “Brunch”.
Acto seguido, ANOTR tomó el control de los platos. Su DJ set fue mucho más tech y menos groovy de lo que esperábamos, y pese a que poco a poco iban tanteando su faceta más funky, la dupla holandesa se hizo de rogar hasta que soltó su éxito ‘Relax My Eyes’. Bajaron el volumen durante el estribillo para escuchar el tarareo al unísono del público, comprobando que, efectivamente, han creado un himno.
Y para rematar, una cara muy conocida para los barceloneses: The Blessed Madonna. Ella se encargó de cerrar la puerta del festival a ritmo de su faceta más housera. Aunque poco puede sorprender a aquellos que ya han coincidido con ella en más de una ocasión en los últimos años, la veteranía es un grado. Su savoir faire le permitió mantener la pista llena y en movimiento hasta el compás final, cerrando el Primavera Sound 2024 con una energía y alegría que nos dejaron con ganas de repetir el próximo año.
Una experiencia para todos los públicos, homenajeando a los héroes del pasado, invitando a las estrellas del presente y apostando por los hitmakers del futuro. Todo ello dejando espacio para la experimentación y lo alternativo, creando un conglomerado tanto en el público como en el lineup de influencias, siempre con la calidad como denominador común.
Además, todo ello sin olvidar lo que aportan a la ciudad durante la semana entera, con conciertos en las principales salas con artistas internacionales, además de un abanico de conferencias, workshops y actividades de networking englobadas bajo el ya reconocido Primavera Pro. Este evento congregó un año más a profesionales de la industria de todo el mundo, tanto en las charlas como entre los asistentes. Es una experiencia “Made In Barcelona” que recupera su buen feeling con la ciudad y se mimetiza con ella, demostrando que la capital catalana es parte del ADN del Primavera Sound… Y viceversa.