richie hawtin close at primavera sound

Objekt, Apparat y David August triunfan en el lado electrónico de Primavera Sound

El formato live gana protagonismo con Modeselektor, Caterina Barbieri y Overmono mientras Rosalía se instaura como icono nacional 0

De todo. En Primavera Sound siempre pasa de todo. Durante tres días, suceden tantísimas cosas que uno no sabe ni por dónde empezar a resumir. La 19ª edición del festival barcelonés contó con 22 escenarios. 17 de ellos, en el Parc del Fòrum. Los otros cinco, repartidos por distintos espacios de la ciudad, ofreciendo conciertos gratuitos, haciendo partícipe a toda la población y, como ellos mismos cuentan, devolviéndole a Barcelona todos los esfuerzos que la ciudad hace cada año para que el festival se celebre.

 

 

Si uno ve el Aftermovie del festival (lo tenéis aquí arriba) sin tener gran idea del contexto en el que ha sido producido, podrá, pese a ello, dilucidar mínimamente por dónde han ido los tiros. Es una nueva era. Es una nueva generación. El cambio es radical. Las tecnologías, los procesos de creación, los conceptos que se transmiten, la variedad de contenidos, la diversidad, la paridad, la equidad… Primavera Sound ha dotado a todo ello de normalidad. Ha convertido en normales cosas que nunca lo fueron, pero que siempre debieron serlo. Ahora ya todos lo sabemos de sobras. Es The New Normal.

 

Rosalía cierra el ciclo un año después

Fue inolvidable. Era viernes 15 de junio. Caía la noche y la multitud se agolpaba en los accesos al SónarHall. El Mal Querer estaba aún horneándose. Sólo conocíamos “Malamente”, su pista inicial, pero algo nos decía a todos los allí presentes que ese concierto iba a marcar un antes y un después. Y así fue. Antes, Rosalía había actuado ya en Primavera Sound. Fue en el Auditori Rockdelux, en una actuación en la que el flamenco más tradicional fue el protagonista. No era ese su destino. En Sónar, un portentoso espectáculo nos desveló la grandeza de su nuevo disco al completo, a la par que nos mostró la poderosa puesta en escena y el alto impacto del mayor talento que ha parido nuestra escena musical electrónica en el último lustro.

 

 

Aquello marcó el después, un después que ha durado un año y que ha llevado a Rosalía en volandas por todo el mundo. Tal es el hype de la catalana que su nombre ya era casi un must para todos los grandes festivales del mundo, Lollapalooza y Coachella entre ellos. Algunos incluso se han cansado ya de ella. Pero, ¿cómo no iba a estar en Primavera Sound? Era la gran cita del sábado noche. Y no defraudó. Combinó los éxitos de El Mal Querer con obras anteriores y otros singles posteriores, como “Con Altura” o “Aute Cuture”, llegando al clímax invitando a James Blake al escenario a cantar con ella “Barefoot In The Park”, tema producido por el británico con Rosalía como voz invitada.

 

Más electrónica que nunca; mejor electrónica que nunca

Hemos querido abrir con Rosalía porque creemos firmemente que ha terminado el ciclo que arrancó el año pasado en Sónar. En un año, hemos recibido un álbum histórico, tres sencillos que atacan distintos terrenos del baile (siempre con dosis de talento inexplicables) y la consolidación de la cantante barcelonesa como icono nacional.

 

 

Sin embargo, todos sabéis de qué pie calzamos en Xceed: nos gusta la electrónica, especialmente los géneros de baile más propios del clubbing (no hay que olvidar que la música de El Guincho -productor de Rosalía- es también electrónica). En Primavera Sound 2019, hubo más música electrónica que nunca. Un año más, al otro lado del puente contamos con Primavera Bits, la zona más festiva y canalla del festival, en la que el Desperados Cube, el escenario Lotus, el Xiringuito Aperol y la cancha El Punto reunían a una larguísima lista de DJs y live performers que iban desde el ambient o el experimental hasta el acid techno o el trance, dando la bienvenida también al sonido urbano.

 

Lotus, hogar de dioses

Literalmente, el último escenario. El más alejado de los accesos al festival. Literalmente, sobre la playa. Bailando sobre la arena. Así es cómo nos veían desde el escenario auténticos dioses de la electrónica. Avalon Emerson, Agoria, Richie Hawtin, Marie Davidson, Sophie y Maribou State (por nombrar algunos) pasaron por allí. Pero, por encima de todxs ellxs, dos tipos (bueno, en realidad, tres) que conquistaron nuestros oídos: David August y Objekt.

 

 

A David August le seguíamos la pista desde hace años. Concretamente, desde que se atreviera a editar la música de Kollektiv Turmstrasse y diera al mundo una versión del “Last Day” tan bella como intensa. Lejos de ese estilo queda la versión que interpretó en directo en Primavera Sound: una versión impregnada de techno, bass y contundencia. David August trazó ascensos y descensos durante su actuación. Nos hizo bailar mucho más de lo esperado, pero a su vez consiguió que cerráramos los ojos para tratar de visualizar los mundos en los que compone su música. El virtuoso compositor alemán se llevó una de las mayores ovaciones del fin de semana.

 

 

Aunque la mayor de todas (al menos de cuantas dimos nosotros) fue para Objekt. Sus sesiones como DJ son recurrentes en festivales de música puntera y avanzada. No fue de extrañar que, en la noche del jueves, ya fuera uno de los primeros en llenar el Ray-Ban Studios (hablaremos de ese escenario más adelante). Pero lo del viernes era algo mucho mayor. Junto al artista visual Ezra Miller, Objekt ha estado trabajando en un live show que está viendo la luz por primera vez este verano en varios (no muchos) festivales europeos. Durante la investigación a través de un mundo en llamas, Objekt hizo lo que mejor sabe: tejer una cortina de atmósferas ambient con rugosidades noise, breaks, sonidos ácidos, experimentos ruidosos y personalidad IDM. La actuación, de elegancia extrema, sobrepasó toda expectativa y abrumó nuestros sentidos. El live de Objekt fue lo mejor que vimos en Primavera Sound 2019.

 

La magia de Apparat… y del Rockdelux

Jueves. Pasaban pocos minutos de las ocho de la tarde. Y empezábamos el Primavera Sound sentados en el Rockdelux, uno de los auditorios más bellos de Barcelona. Ante un silencio sepulcral, Apparat en formato live band hicieron que arrancáramos nuestra maratón conmovidos, emocionados. Una sutil iluminación logró hechizar a la audiencia y, ante los cantos preciosistas del compositor alemán, no tuvimos más opción que rendirnos y negar con la cabeza ante tanto talento.

 

 

Allí mismo, en el Rockdelux, también en condiciones inmejorables, disfrutamos el sábado del directo de Caterina Barbieri. Ella es una de las mayores dominadoras del género ambient, una propuesta que construye basada en sintetizadores modulares exprimidos hasta límites que uno jamás podría asociar a este estilo. Barbieri es otra de esas artistas que frecuente los festivales vanguardistas. Verla en un lugar como el Rockdelux fue, sin embargo, una experiencia difícil de superar.

 

Asimilando el recital de Overmono

Tal vez os resulten más familiares los alias Tessela y Truss. O tal vez no…. Son grandes en la escena del Reino Unido. Jóvenes capaces de hacer que los ritmos rotos acompañen, acompasados, a la música house, techno, trance o lo que les venga en gana sin que nada chirríe. Son hermanos (es algo bonito, ¿no?) y juntos forman Overmono o, lo que es lo mismo, un abrumador directo en el que no hay respiro, no hay pausa, no hay compasión.

 

 

Su actuación tuvo lugar en el Ray-Ban Studios, un coqueto espacio escondido en un parking, iluminado por focos rojos, sonorizado desde las esquinas exteriores y con el artista colocado en el centro de la pista. Lo que vendría siendo una boiler de toda la vida. Llama la atención que las propuestas más experimentales, rotas y underground de la electrónica de baile y de clubbing tuvieran lugar allí, y no en el Bits. Sólo por ver el lugar ya valía la pena asomarse. Pero es que, de regalo, con Overmono nos llevamos otra de las mejores actuaciones del festival.

 

Una de cal y varias de arena en el Ray-Ban

¿Cuál es la buena: la arena o la cal? En cualquier caso, en el Ray-Ban (gran escenario situado al pie del gran anfiteatro del Parc del Fòrum) nos llevamos algunas de las mayores decepciones del festival. Es el escenario de horario más extendido (hasta las 06h) y, por ende, el encargado de cerrar. Concedieron ese honor a Nina Kraviz, el jueves, y a Peggy Gou, el viernes. Ambas sesiones fueron más bien planas, de poco contenido emocional, incluso previsibles. Y, en el caso de Nina, con ciertas técnicas de mezcla que, por no entrar en debates, dieron de qué hablar (eso de que el contratempo lo hace a propósito parece cuestionable).

 

 

Afortunadamente, pudimos llevarnos un buen sabor de boca en la jornada final. Antes de que las legendarias selectoras locales DJ Rosario y Sama Yax clausuraran este gran 19º aniversario, pudimos reventarnos los tobillos con el dúo alemán Modeselektor. Sabían que la gente estaba cansada y que sólo tenían un camino al éxito: repartir cera de principio a fin. Con ellos pudimos poner el broche de oro a una edición de Primavera Sound en la que descubrimos más que nunca, variamos estilos más que nunca, abrimos fronteras más que nunca y, en definitiva, mezclamos (música, razas, orientaciones, opiniones, gustos, caminos, preferencias y selecciones) más que nunca. ¿No es acaso este el camino hacia un mundo mejor?

(Imagen de Portada: © Dani Cantó)

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