#Cultura

INSIDE/OUT en el estudio con Pfirter, embajador del techno argentino

By Fran Escudero

March 27, 2018

Juan Pablo Pfirter, más conocido como Pfirter, es uno de los DJ’s y productores argentinos más reconocidos del mundo. Con un sonido oscuro, inquietante pero a la vez estimulante y con tintes old school, Juan Pablo ha conseguido un gran reconocimiento internacional que le ha llevado a ser parte de la familia Polegroup. Mantiene su propio sello, MindTrip (creado en sus comienzos junto a su inseparable Jonas Kopp) y a través del cual promueve ese espíritu innovador y exquisito presente en sus sets y producciones. Pasamos un agradable rato en su residencia de Barcelona mientras nos cuenta que, a pesar de ser argentino, no le gusta el mate.

 

Entonces, eso de que a todos los argentinos les gusta el mate no es tan cierto, ¿no?

Para nada. Eso son estereotipos… ¡Yo lo odio! (risas)

 

¡En primer lugar, muchísimas gracias por concedernos parte de tu tiempo Juan Pablo! Vamos a empezar hablando de tus comienzos en el mundillo.

Es gracioso porque yo en realidad empecé en la radio y también en un diario escribiendo noticias de música… Me limitaba un poco en el sentido de que no me dejaba poner la música que quería. En la radio está todo predeterminado y en cierto modo me aburría… ¡Poco se parecía aquello a lo que hago ahora! Durante esa época (tenía 13/14 años), empecé a bailar y a ver lo que hacían los DJ’s y, en ese momento, me di cuenta de que eso era lo mío.

Compré mi primer par de platos, me acerqué al residente del club al que siempre iba (que se llamaba Mykonos) y le pregunté si me podía enseñar a pinchar. Con la producción me llevó un poco más de tiempo, unos 10 años después de empezar a pinchar.

Simplemente, no tenía el conocimiento para producir cuando empecé con todo esto. Mis primeros pasos fueron con Jonas Kopp. Él fue mi mayor mentor por aquel entonces (y sigue siendo uno de mis mayores referentes). Comencé con softwares. Después, una cosa lleva a la otra y empiezas a comprar máquinas…

 

  ¿Cuál fue la primera pieza de hardware que compraste?

Fue el mítico filtro Filterbank. ¡Cualquier cosa que pases por ahí se convierte en techno! (risas)

 

  ¿Y cómo llevaste el asunto de producir?

Siempre fui bastante autodidacta, pero también es verdad que tuve a gente a mi alrededor que me enseñó incontables cosas. Por suerte, con Internet, el acceso a la información hizo las cosas más sencillas, lo que me ayudaba a despejar muchas dudas que iban surgiendo durante el proceso. Además, en Buenos Aires, tampoco tenia la posibilidad de acercarme a una tienda, probar las máquinas y demás.

Jonas y yo lanzamos algunos discos juntos y trabajar con él fue un verdadero lujo. Cada uno aportaba su parte; él no pinchaba mucho y le faltaban algunos detalles desde el punto de vista de la funcionalidad, digamos. Mientras, yo sabía donde quería ir pero fallaba un poco en la parte técnica, así que era una sinergia increíble. Ver a Jonas producir es impresionante, es muy rápido produciendo, una verdadera máquina.

¿Cuándo decidiste mudarte a Barcelona?

A partir del 2008 empecé a editar más temas, así que venía más a pinchar a Europa. Supongo que el hecho de ser argentino y hacer techno fue como una novedad por aquel entonces.

Mi primera fecha importante en Europa fue en 2008, en Berghain. ¡Yo ni siquiera sabía qué era! (risas) Había oído hablar mucho del club, pero la realidad es bastante diferente. Llegar ahí y encontrarte con semejante monstruo impone.

Desde entonces, supe que tenia que estar en Europa. Durante un tiempo estuve viviendo en Berlín, pero me costaba mucho producir allá. Para mí, la felicidad interior es lo que más condiciona la creatividad a la hora de producir y, en un lugar con clima frío y gris, poco podía inspirarme. Es más, ¡justo tuve la gran suerte de ir durante el invierno más frío y con menos luz solar desde que existen registros en Alemania!

Abría la ventana, veía el día y no tenia ganas de salir. A las 3 de la tarde ya era de noche… Estaba muy frustrado y no me salía nada en el estudio. Me encanta la noche, pero no como una imposición día tras día. Así que en el 2011 decidí venir a Barcelona.

 

 ¿ Y cómo fue la experiencia Berghain?

Sabía que era increíble pero, en persona, es incluso más espectacular. Lo que se vive ahí es difícil de encontrar en cualquier otro club del mundo. Hice la apertura desde la medianoche hasta las 5AM. Tiene un sonido que quita el hipo. Por aquella época nunca había escuchado nada similar y fue brutal.

Es gracioso porque una vez fui y no me dejaron pasar (risas). Ya había estado varias veces pinchando pero aquella vez no, simplemente quise ir como asistente. Fue todo improvisado y no avisé a nadie de que iba, así que al llegar a la puerta me dijeron que no podía. ¡Les enseñé unas fotos para demostrarles que ya había estado como artista varias veces y por suerte todo quedó en una anécdota! (risas). A nadie le gusta el derecho de admisión, pero creo que la esencia de Berghain se ha mantenido en el tiempo en parte gracias a su política de acceso.

 

Háblanos un poco sobre MindTrip. ¿En qué momento decidiste lanzarlo?

Alrededor del 2006, cuando Jonas y yo producíamos juntos, tuvimos la idea de ofrecer una plataforma por la cual lanzar nuestra música y la de algunos amigos. Originalmente, el sello era online. Sacamos los primeros releases y empezó a crecer. Lanzar en digital siempre es más sencillo, la verdad, y ahora que comenzamos a editar en vinilo se nota la diferencia. Hay que estar atento a muchísimas cosas más.

Pero bueno, la idea del sello es firmar la música que más me gusta y disfruto muchísimo descubriendo a otros artistas y pudiendo hacer una inversión de tiempo y dinero para hacer que ese artista sea más conocido por otros.

Dold es un muy buen ejemplo: un artista sueco muy poco conocido pero que me enamoró desde el primer momento en que escuché su música. Me mandó 40 tracks que eran para editarlos todos. ¡Tuve que elegir 6 y me costó muchísimo!

Me encanta poder ofrecer a la gente nueva música y artistas. No busco sacar una mayor cantidad de discos al año. Lo que venga que merezca la pena ser escuchado va a ser lo que vea la luz con MindTrip.

 

¿Crees que ha habido algún evento de tu vida que haya influenciado/afectado en tu proceso de producción?

Está claro que hay ciertos tipos de estados mentales que te pueden llevar a encerrarte en un sonido al que no llegarías sin esa emoción, pero tampoco diría que ha habido un punto de inflexión en mi vida que haya causado este tipo de reacción. Sólo recuerdo que cuando falleció mi madre estuve casi 2 años haciendo música sin parar. Era mi manera de canalizar las emociones que no podía liberar con palabras.

No es que haya tenido un momento en concreto que haya cambiado totalmente mi sonido. Me rijo por 3 conceptos que siempre tienen que estar presentes: atemporalidad, sensación de urgencia y tensión. Estas son mis máximas a la hora de producir, ya sea en el techno directo a la pista o en tracks más enfocados al ambient. Y, evidentemente, todo esto también se traslada a la música lanzada en MindTrip y a mis sets.

Cuando di mis primeros pasos como DJ en Argentina, me encontraba con públicos muy variados y siempre he necesitado buscar música que mejor se adapte a las necesidades de la pista. Nunca me ha gustado estructurar mis sets. Me gusta ir moviéndome entre las emociones y las reacciones de la gente.

 

¿Sacas alguna inspiración de otros géneros?

He de decir que la intensidad presente en algunos géneros como el grunge o el rock me hace sentir lo mismo que cuando escucho techno.

 

¿Cómo ves el tema de los tours y el enorme número de horas que pasan los DJ’s viajando?

Pues es un tema delicado, porque por un lado amo pinchar y siempre me inspiré en mis sets para producir más música. Cuanto mejor esté el club o festival, más me inspiro. Pero claro, el tiempo que tienes entre semana en casa es tan corto que es difícil ser productivo en el estudio.

Es todo cuestión de equilibrio; hay que saber organizarse muy bien el tiempo.

 

¿Qué máquinas usas para producir? ¿Sigues siempre la misma metodología a la hora de sentarte a hacer tracks?

Realmente, comencé a producir con software, así que en cierto modo tomé el camino contrario a la mayoría de mis ídolos. Pero siempre intento mezclar los 2 mundos.

Tengo la mítica Roland 909, la Roland 808, un par de cajas de ritmo Leploop… Piezas únicas. Siempre me ha gustado tener máquinas más inusuales. Hace poco recibí un sintetizador que fabrican unos chicos en Rusia llamado Lyra. Viene sin manual, hecho a mano y sacan muy pocas unidades. Ésta por ejemplo no se puede mapear con nada, tienes que probarla tú solo y, a parte, no tiene teclado. Ofrece algo que ‘emula’ un teclado: botones redondos sensibles a la presión y a la estática de tu cuerpo.

Me encantan los filtros también para pulir los sonidos al máximo, como el Yotincore, que ofrece 3 filtros en uno. También uso varios previos analógicos y ecualizadores para post-producción.

No pueden faltar varios sintes clásicos, como el SH101, el Roland 303… Y siempre voy rotando el equipo, la verdad. Los clásicos siempre están ahí, pero no me gusta estancarme siempre en lo mismo.

Hace poco descubrí un nuevo plugin que amo. Tengo un Tape Delay llamado Space Echo de Roland del 1981 que produce un sonido lo-fi pero sutil al oído. Pero claro, tienes que cambiarle la cinta y hay que dedicarle un par de horas. Este plugin me permite hacer lo mismo pero sin los inconvenientes del formato físico.

Hay veces que incluso encuentro un plugin que tiene el mismo sonido que la máquina. Poder combinar hardware con software es un verdadero lujo y para mí es la mejor manera de producir de la manera más eficiente.

 

  ¿Qué piensas de la obsesión con los B2B que existe últimamente?

Pienso que se han convertido más en una herramienta de marketing y de convocatoria, más que en algo natural que surgía en el club. Si llama la atención, la gente va a ir. Pero el b2b tiene que salir espontáneamente, no como estrategia de ventas para hacer más conocido a un artista o por el mero hecho de ofrecer cosas nuevas al público.

Ahora van unas preguntas rápidas para conocerte un poco mejor. Comencemos.

Ciudad favorita:

Amsterdam.

 

DJ preferido:

Tengo muchos, pero, si tuviera que nombrar a uno, sería Jeff Mills.

 

Un artista con el que te gustaría producir:

Con Jonas Kopp tengo todo lo que busco en el estudio.

 

Track favorito ahora mismo:

Galaxian – Malice, me encanta pincharlo.

Lo más extraño que has visto mientras pinchabas:

5 personas teniendo sexo en cabina.

 

Si nosotros decimos Sync, tú dices:

Libre albedrío.