Hablar de música electrónica de baile, a día de hoy, es hablar de Bicep. Techno, pero también house. Sonidos clásicos, pero también actuales e incluso futuristas. Tintes experimentales. Tintes de garage. También de italodisco y de electro. Y con una pequeña dosis de psicodelia. Reventar pistas de baile, ya sea en clubes o en festivales, es lo que mejor saben hacer. Se atreven a remezclar a cualquiera; así lo han demostrado en los últimos años. Pero, ¿quién ha tenido la fortuna de remezclarles a ellos? Sólo los más grandes. Ahora, también Four Tet.
Andy Ferguson y Matt McBriar son amigos desde muy jóvenes. En 2009, crearon su blog Feel My Bicep, en el que publicaban edits de perlas clásicas del house de Chicago, el techno de Detroit, el italo y el disco. Juntos, formaban Bicep, un nombre que, con el paso de los años, ha ido adquiriendo protagonismo en la escena norirlandesa, primero, británica, más tarde, y europea, finalmente. No tardaron en crear su propio sello, también llamado Feel My Bicep, y utilizarlo como escaparate para publicar tracks originales producidos en su estudio.
Paralelamente, se sucedían otros tantos remixes a artistas como Isaac Tichauer, Blaze, Brassica o Aster. En 2017, Bicep publicaban su primer álbum homónimo con 12 pistas y daban el gran paso al live performance, lo que los ha llevado a la cresta de la ola. Parece que convierten en caviar todo lo que tocan. Por eso, lo que parecía más complicado era que alguien se atreviera a tocar su producto original.
Kieran Hebden, más conocido por su alias Four Tet, es un buen amigo de Andy y Matt. Británico, como ellos, conoce bien la industria underground de las islas y casa musicalmente con lo que otros artistas de esa gran ola ofrecen al mundo (Floating Points, Ben Ufo o Joy Orbison son claros ejemplos). ‘Opal’ ha sido el track elegido. Es la octava pista del álbum. Una pista original muy moderna. Considerablemente experimental, con unas bases complejas y sofisticadas, unos complementos agudos picantes y filtrados con maestría y un elemento central, la melodía, profundamente evocativo, melancólico y emocionante.
Four Tet no hace más que sacar a ‘Opal’ de la cama y ponerla a bailar. Y es que, sí, muchos de los temas del álbum de Bicep son más adecuados para la escucha que para el baile de club. Four Tet nos presenta una pieza en la que el componente melódico no pierde un ápice de protagonismo. De hecho, podríamos decir que es el único ingrediente realmente noticiable durante los primeros 90 segundos. Ahí es cuando aparecen elementos percutivos mucho más cercanos a los estándares del clubbing. Los loops generan una sensación de aproximación al drop que el público siempre agradece. Una primera bassline muy delicada nos advierte y, tras casi tres minutos de ascenso, por fin ponemos los brazos en alto y sonreímos mirando a Four Tet mientras misteriosas voces nos hablan a lo lejos, en un tono fantásticamente cálido.
Flotar, andar por el País de las Maravillas. Un viaje al lugar más placentero que uno pueda imaginar. Y sí, también un viaje al pasado, a las épocas en las que lo underground era realmente underground. Eso es ‘Opal’. Y eso es en lo que Four Tet ha logrado insistir con su versión de ‘Opal’. Antes que él, muy pocos habían trabajado con piezas de Bicep. Uno de ellos fue el gran John Talabot, quien en 2014 editó por partida doble ‘Satisfy’, una pista que Brassica, del propio sello de Bicep, también retocó. La holandesa Steffi fue pionera. En 2012, tomó ‘You’, producida por Bicep juntamente con Ejeca, y la aceleró y convirtió en un suculento producto para deejays de after-hours.
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