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Entrevista a Ryan Murgatroyd: “Creo que ahora necesitamos centrarnos en otras cosas y mirar ya hacia una GRAN temporada en 2021”

By Paco Cavaller

July 24, 2020

“Fue aquella primera pastilla. Desde entonces, lo tuve claro.” Si algo no tiene el bueno de Ryan Murgatroyd son pelos en la lengua. Así de sincero se nos muestra a la hora de reconocer qué fue lo que le hizo ver que tenía que dedicarse a la música. Desde Sudáfrica, concretamente desde su capital, Johannesburgo, Ryan Murgatroyd ha forjado un legado que le sitúa entre los más grandes de la escena más consolidada de toda África. Como él mismo dice, “somos la Londres de África en términos de exportación”. Si un artista africano quiere sonar en los grandes escenarios europeos o americanos, tiene que pasar por Sudáfrica. Y, una vez allí, uno de los sellos más recomendables es Swoon Recordings. Pese a que sólo tiene un año de vida, la etiqueta de Murgatroyd tiene ya óptimas reseñas entre los críticos del espectro underground internacional. Hace apenas 15 días, nuestro protagonista de hoy publicaba allí el EP Wooma, una colaboración con Sobantwana que nos llegó al alma. Su sello, artistas sudafricanos afines, países igual de emergentes en términos artísticos -como Uganda con su aclamado festival Nyege Nyege-, tiempos pospandemia, tiempos post-apartheid… Ryan Murgatroyd nos habló de todo sin tapujos. Tomad asiento y disfrutad.

Imagen: © The Echo Agency

Tal vez suene extraña la pregunta, pero… cuéntanos, ¿quién eres?

Uf, esa es una buena primera pregunta… Soy Ryan y vivo en Sudáfrica. Hago música electrónica de forma profesional, pero mi abanico de intereses va desde la psicofarmacología hasta el chamanismo y la medicina integral. Ah, y las artes marciales.

Hablemos ahora de tu faceta artística.

Pues, en primer lugar, estoy muy orgulloso de mi versatilidad. Soy conocido por algunas de las influencias más africanas del deep house y la electrónica, pero he sacado música en Toolroom, Defected, Get Physical e incluso he colaborado con Lane 8, Superflu y otros. Realmente me meto en muchos estilos, con un gran número de influencias que van desde el deep house jazzístico, Nightmares on Wax, drum and bass, early filter house y funky house, hasta el techno melódico, la electrónica progresiva y estimulante e incluso la música de piano como Nils Frahm… He hecho de todo. Sin embargo, si escuchas mi catálogo, creo que puedes oír un hilo común que lo hilbana todo. Ese hilo para mí es la emoción. No hago nunca música fría, dura, de club. Todo es cálido, incluso las cosas más duras. Estoy tratando de hacerme sentir algo en el estudio. Por eso hago esto, a fin de cuentas. Quiero una canción que me haga sentir de cierta manera, para sanar algo, para mover algo. Si me hace eso, si me conmueve profundamente, entonces estoy feliz de tocarla y espero que otras personas sientan lo mismo.

Dicen que eres “uno de los pioneros indiscutibles de la música electrónica moderna en Sudáfrica”. ¿Qué tal sienta esa frase?

Sienta bien y la acepto humildemente. (risas) La gente tenía estudios de producción en Sudáfrica, pero nadie se centraba en el house, el techno o la música dance. Por supuesto, se habría puesto de moda igualmente aunque yo no existiera, pero me siento bien por haber participado, en primer lugar, siendo uno de los primeros en editar en grandes y respetadas discográficas europeas y americanas. Luego, por grabar mis sets Africa Gets Physical para Get Physical y, por supuesto, por la mayor contribución, que creo que fue establecer algunas escuelas de música electrónica aquí, creando el programa para los alumnos y asegurando que la gente aprendiera las técnicas legítimas… Mi misión ha sido mostrar a los productores locales que no necesitamos poner a los grandes nombres internacionales en un pedestal; respetarlos sí, pero no adorarlos, porque podemos hacer la misma calidad, incluso mejorarla, si trabajamos duro, aprendemos la teoría y somos disciplinados.

Imagen: © The Echo Agency

¿Cuándo y cómo sucedió que un día dijeras “voy a dedicarme a la electrónica” y acabaras convirtiéndote en una institución?

Tío, cuando esa primera pastilla hizo efecto, lo supe. Siento decirlo. Pero, por supuesto, mis primeros años estuvieron llenos de desventuras y siempre supe que esto era lo mío, mi propósito, mi salida creativa. La primera vez que vi un programa que me permitía hacer música se llamaba BUZZ tracker y era un software de la vieja escuela, muy complejo. Lo usé durante seis horas y llamé a mi trabajo de entonces, que era una tienda de fotocopiadoras, y renuncié. No volví nunca más. Creo que no dormí durante tres días. Poco después, estaba ya produciendo 18 horas al día. A partir de ahí, todo fue intensificándose.

¿Qué tal ha ido el camino hasta ahora? ¿Podrías recuperar tres momentos especiales?

Dios mío, la Boiler Room en Amsterdam con Black Coffee y Satori, el Mixmag Lab con Jonas Rathsman (la noche en que debuté con “Wicked Eyes” por primera vez, literalmente acababa de terminarlo a las 6 am la noche anterior, me fui a la cama, el ingeniero lo mezcló, y me desperté, me duché y lo pinché unas horas después. La gente lloraba. Fue épico), y ahora estoy trabajando con tres ganadores del Grammy Soweto Gospel en un proyecto del que no puedo hablar mucho, pero que probablemente será el número tres. Y luego supongo que todo el proceso de iniciar Swoon, desde la idea hasta abrir el negocio y el hecho de poder poseer y dirigir tu propio destino creativo.

Black Coffee es una de las grandes leyendas, con una residencia los sábados en Hï Ibiza, y también se ha convertido en una gran influencia a nivel mundial. ¡¿Qué tiene Sudáfrica?!

¡Estoy de acuerdo! ¡Se llama alma! Creo que lo que atrae a la gente de nuestro material es que es desvergonzadamente conmovedor, se siente bien, emotivo, pero tiene suficiente impulso para crear una verdadera pista de baile hasta altas horas de la madrugada. Hay muchos más productores que salen de ahí con esa misma alma, ese mismo sentimiento. Kususa, Bruce LOKO, Blanka Mazimela… te lo digo. En cinco años, unas cuantas personas en la lista de los 100 primeros serán productores africanos. No estamos aquí para participar, ¡estamos aquí para tomar el control!

Hablabas antes de Swoon Recordings y de cómo nació ese primer lanzamiento (el EP Wicked Eyes). Probablemente, en ese momento, no podías imaginar el primer aniversario de la discográfica bajo confinamiento, pero, de todos modos: ¿tu balance después de los primeros 365 días de Swoon?

Hemos venido para quedarnos, aunque ahora no sea un buen momento, jajaja. Creo que resistimos la tormenta porque somos muy diversos. Tenemos algunos aspectos educativos en nuestro negocio, tenemos un fuerte catálogo de respaldo, y mucha buena voluntad de la industria. Siento una gran empatía por cualquiera cuyo sueño se haya desviado o retrasado o incluso destruido totalmente debido a esto.

Son ya seis lanzamientos hasta la fecha. ¿De cuál estás más orgulloso?

Bien, Wicked Eyes tuvo un debut arrollador, apoyado por Solomun, Adriatique, Tale Of Us y todos los demás, y luego apoyado también por todos mis amigos locales del afro-house. Fue como un perfecto punto medio. Además, la gente lo sintió, lo vivió, fue todo lo que estoy tratando de lograr en general cuando escribo música house. Y envejeció muy bien. Tiene algo de clásico instantáneo gracias en gran parte al maravilloso talento de Rueben, el cantante. Así que, estoy realmente encantado con ella, y todavía me emociona tocarla. Sin embargo, honestamente, en términos de un tema que es super especial para mí, pero que no funcionó tan bien comercialmente, tendría que decir SWOON002, “Is That You?”. Mi abuela hizo el video musical de una marioneta y la canción es muy emotiva para mí.  Si estás buscando una pequeña parte de mi alma que casi nadie conoce, esa es.

Algunos dicen que tu música está lejos de la estructura más típica de una pista de baile de 4/4, aunque algunos de tus lanzamientos han sido clasificados como tech-house. Opino que estás más cerca del house étnico, a veces incluso tribal, y por supuesto del afro-house. Supongo que prefieres evitar etiquetas.

Sí, lo del género es difícil, no encajo perfectamente en ningún sitio. Afro-house, tal vez hasta cierto punto, pero espero haber evitado todos los clichés de ese estilo. Quería hacer una contribución única al afro-house porque soy una especie de caminante diurno, estoy influenciado por igual tanto por Miriam Makeba como por Township Rebellion. He hecho discos con Shimza y estrellas gigantes del afro-pop como Lira y también he colaborado con Booka Shade y Lane 8, así que es difícil. Tengo música que tiene CERO influencia afro también, ni siquiera una pizca de ello, y tengo cosas que claramente están muy profundamente conectadas a esa parte de lo que escuché cuando crecí aquí.

The Lab, Boiler Room… Ya eres un habitual ante las cámaras internacionales. ¿Qué se siente al ser una parte importante de la escena clubbing internacional viniendo de un país tan alejado de las principales coordenadas como Sudáfrica?

Por supuesto, es un reto y la tendencia convencional hubiese sido que tendría que haberme mudado a Europa hace años, pero no voy a renunciar a mi vida y mudarme a Europa y asimilar esa cultura. Sueno a mí porque estoy donde estoy. De ser un año normal, habría estado en Europa durante tres o cuatro meses esta temporada, el año pasado hice el Fusion Festival, por ejemplo, y un montón de conciertos en Alemania y Europa. Creo que el beneficio de vivir aquí, con mi equipo, en este lugar y su espíritu, es lo que define hasta cierto punto cómo suena mi música. Y estoy profundamente conectado a la comunidad de aquí, a sus artistas, los próximos productores, nuestro equipo y la familia de la música. Pero sí, un mundo ideal sería una división 50/50 entre aquí y Europa/EE.UU.

¿Qué hay de la escena en SA en términos de clubs, público, promotores y movimientos?

Lamentablemente, todavía está un poco desintegrado en términos de integración socio-política y socioeconómica. Pero Johannesburgo se está integrando más a través de las líneas sociales, políticas, económicas y raciales, pero es lento. En todos los demás sentidos, es muy inspirador. Los últimos años, creo que estamos a la par con cualquier lugar del mundo, en términos de festivales, tecnología, producción, etc. Por supuesto, el verdadero underground, las fiestas a las que la gente va por y para la música, son escasas, no importa si estás en Ibiza o en Soweto. Cierta parte de la gente está allí para lucirse, iluminarse, echar un polvo. Creo que esa proporción es igual en todos los lugares en los que he estado, desde Río hasta Alemania. Lo único que te enseña viajar es lo parecida que es la gente en todas partes. Pero dentro de eso encuentras pequeñas perlas. Y Sudáfrica tiene muchas de ellas, desde pequeños clubs que acogen a 200 personas como Modular en Ciudad del Cabo, hasta unos cuantos festivales boutique realmente geniales y, por supuesto, la floreciente cultura de la música electrónica en Ekasi (las zonas tradicionalmente más negras que funcionan como barrios), donde estilos como Kwaito, Ngom y Amapiano nacen de la más pura creatividad.

¿Y respecto a artistas y sellos discográficos? Recientemente lanzamos un mix exclusivo con Aero Manyelo y nos enamoramos de su gusto musical.

Jajaja! Aero Manyelo fue uno de mis primeros estudiantes en 2004. Ahora es un buen amigo y un artista muy respetado… y, por supuesto, lo tuvimos en el sello hace unos meses. Sí, siempre hay mucha publicidad sobre un montón de jóvenes artistas africanos. Eso es algo bueno. La desafortunada verdad, hasta hace poco, es que se necesitan 10 años o más para ser un productor de clase mundial y nada puede acortar ese tiempo, por mucho talento que uno tenga. Así que, ahora, siento que estamos recibiendo la primera oleada, no sólo de artistas africanos con talento, sino de artistas africanos que han estado en el juego, desarrollándose y madurando, y que están realmente preparados para hacer una contribución. Por supuesto, Culoe De Song ha estado haciendo eso al más alto nivel, pero ahora Aero, De Capo, Blanka Mazimela, Bruce Loko… Estos muchachos están sacando música con Diynamic y Get Physical y están realmente mostrando paletas sónicas únicas. Es un momento emocionante.

La de Johannesburgo es, sin duda, una de las escenas más candentes de todo el continente africano. | Imagen: © Far Out

Cuando pienso en África y en la música electrónica, pienso en Nyege Nyege, probablemente el festival más vanguardista del continente, por lo que Uganda parece un país bastante interesante para visitar. Además, países cercanos como Kenia han marcado el ritmo con nombres como Slikback. Siento que hay mucha distancia musical entre esas tierras y Sudáfrica.

Hay una cierta distancia. Creo que se nos ve como el Londres de África, la capital de la música electrónica del continente, eso seguro. Por lo tanto, la exportación va en una única dirección: yo y otros sudafricanos a menudo tocamos en otros países africanos, pero rara vez sucede a la inversa. Pero sí, hay escenas emergentes en Uganda, Nigeria, etc. Hay un poco de discusión, pero en realidad hay subescenas completamente nuevas y únicas en cada lugar. He sido cabeza de cartel en 12 países africanos para públicos boutique, pero cualquier cosa que no sea estrictamente afro-house sigue siendo muy underground ahí fuera. He actuado en Namibia, Botswana, Uganda, Nigeria, Kenia, Swazilandia… y todas han sido experiencias únicas. Puedes imaginarte cómo reaccionan los locales ante un Mlungu (término cariñoso para un hombre blanco) tocando house y techno de influencia africana. Es una locura. Pero sí, en términos de una escena madura en esos países, creo que muchos de los mejores artistas terminan viniendo a Sudáfrica para tratar de hacer un puente desde aquí hacia el mercado internacional. Todo es muy nuevo aquí todavía y la clave es educar a los jóvenes, hacerles saber que esta mierda es una carrera de verdad y así hacer crecer a la escena en toda África como un conjunto. Eso significa sonido en vivo, estudios, tiendas de música, fiestas y eventos y asegurarse de que todo sea social y ambientalmente responsable.

Está bien que hablemos del “Continente Negro” en estos días tan duros, en los que las sociedades se oponen al racismo y a la brutalidad policial en los Estados Unidos. Como africano blanco, y también como sudafricano, con todo lo que pasó allí hace unos años con el apartheid, estoy seguro de que tienes un mensaje que darnos a todos.

(risas) Esto no es ciertamente una típica entrevista sobre música electrónica, ¿eh? ¡Me gusta! Mira, esto requeriría más de un párrafo para explicarlo. Es un tema muy sensible y con muchos matices. Empecemos con la música. Hago un estilo de música que fue inventado por gente de color. Vivo en un continente que tiene una horrible historia de división racial, como muchos otros lugares del mundo, pero posiblemente incluso peor. El 80% de mi equipo, mis colaboradores, mis coeducadores y la gente con la que trabajo regularmente en la escena sudafricana son gente de color, por lo que tengo que andar con cuidado y ser sensible. Incluso entre los negros de Sudáfrica hay una miríada de subculturas, diferentes puntos de vista sobre todo, desde las estructuras sociales y gubernamentales o la poligamia hasta la homosexualidad, y, ciertamente, diferentes puntos de vista sobre esta historia, la tierra, la forma de repatriar el pasado y el camino a seguir. Honestamente, no creo que mereciéramos que un Nelson Mandela viniera y diera una nueva visión de cómo millones de personas podrían dejar atrás esta terrible era y pasar a un futuro compartido y unificado. Pero lo hizo, llegó y nos proporcionó un marco para hacerlo y, por algún milagro, logró sacar la mejor versión de la naturaleza humana y logró algo casi totalmente único en la historia de la humanidad. La gran mayoría de la gente estuvo de acuerdo en avanzar de manera pacífica y el pueblo negro de Sudáfrica estuvo de acuerdo en dejar que los hijos de las personas que habían participado en un sistema de racismo sistémico siguieran adelante de buena fe y trataran de construir un nuevo país que es una de las sociedades más libres, democráticas y progresistas del mundo. ¿Qué otra reacción puedo tener sino la de estar agradecido a ese hombre por su visión y por las personas que creyeron en ella con él, a pesar de tener todo el derecho a adoptar un enfoque más radical? Dicho esto, tenemos una enorme responsabilidad con él y con todas las demás personas que estuvieron de acuerdo con esa visión de construir una sociedad verdaderamente incluyente, abierta, segura y en la que podamos equilibrar la globalización y el capitalismo con algunos de los valores fundamentales de la sociedad africana, como la reciprocidad, el respeto por la tierra y los antepasados y las prácticas sostenibles, que no son sólo un lavado de cara político.  Entré en la educación de joven para sobrevivir y alimentarme, pero en el camino me di cuenta de que tengo un enorme talento para enseñar y comunicar y, como tal, una enorme oportunidad para ayudar a otros MIENTRAS me ayudo a mí mismo. Sin martirio, sólo como un intercambio de beneficio mutuo. Tengo la intención de utilizar cada uno de mis alientos para difundir el amor por el aprendizaje, la música, la tecnología y el espíritu empresarial y estoy agradecido a cada uno de mis compañeros y colaboradores por confiar en mí como ser humano y permitirme ayudarles a contar sus historias a través de la música.  Dicho esto, hay muchas cuestiones por resolver a nivel institucional y personal.

Tiempos difíciles, por el racismo y, también, por el coronavirus. Has lanzado hace poco un nuevo EP llamado Wooma, también en tu sello Swoon Recordings. Siento ligereza y esperanza mientras escucho esa intro de un minuto. ¿Algún mensaje en especial, algún acercamiento o enfoque en ese tema?

¡Gracias! Creo que la música lo dice todo. ¡Cualquier palabra que añada sólo restará! Hago música para sanar, no en un modo espiritual a lo yoga o bola de cristal, sino porque, honestamente, creo que las frecuencias correctas pueden desbloquear las emociones adecuadas en el cuerpo, las resonancias pueden liberarnos, hacernos desatascar. Olwethu (Sobantwana) está estudiando medicina tradicional africana para ser curandera tradicional y creo que ambos ponemos un poco de medicina en esas frecuencias. Si lo sientes, te darás cuenta.

Para los que no lo sepan, Sobantwana es la voz que canta en el tema principal del EP. ¿Podrías contarnos más sobre ella y sobre cómo surgió la colaboración?

Sí, como decía, ella es todo un personaje, estudiando para ser una doctora tradicional africana (sangoma), un ser humano verdaderamente centrado y completo. Tiene tanta presencia… Hemos estado actuando en vivo durante años bajo el alias de Bantwanas (tenemos algunos temas en All Day I Dream), pero ella estaba en el estudio y yo le interpreté el riff y el resto es historia, supongo.

¿Lo creasteis durante la cuarentena o viene de antes?

¡Viene de muchos meses antes de que existiera el coronavirus! Empezamos este tema a principios de 2017, en realidad, y seguimos revisándolo y revisándolo.

¿Cómo van las cosas en Sudáfrica con el virus y el confinamiento? ¿Qué opinas de la reapertura de clubs y la recuperación de la industria? ¿Sabes de alguna opinión de promotores o propietarios de clubs en Sudáfrica?

Creo que cualquier reapertura ahora es prematura. Entiendo que necesitamos hacer dinero, pero si nos movemos demasiado pronto, será un revés a largo plazo. Nuestras cifras de casos siguen siendo malas. Creo que ahora necesitamos centrarnos en otras cosas y mirar ya hacia una GRAN temporada en 2021. Tal vez algunos pequeños espectáculos íntimos hacia el final del año, pero iremos viendo.

ARTISTA: RYAN MURGATROYD

(Imagen de Portada: © The Echo Agency)