Pensar en música electrónica eslovena y no visualizar a Umek o Valentino Kanzyani es complicado. Ellos son los dos grandes exponentes de la escena de este país centroeuropeo. Ellos fueron quienes sentaron las bases, quienes iniciaron un camino que, hoy en día, muchos jóvenes eslovenos siguen con el sueño de llegar a ser tan grandes como ellos. Uno de los mejores ejemplos es GLIA, alias de Maja Ceh. Hablamos de una joven productora, DJ e ingeniera de sonido nacida en Slovenska Bistrica, un pequeño pueblo con varios miles de habitantes y rodeado por montañas y viñedos. Con tan sólo 24 años, ya puede decir que ha actuado en algunos de los mejores clubs de Europa. El mejor ejemplo es el Griessmühle de Berlín, ciudad en la que, como tantos otros DJs de la escena, ha vivido recientemente. GLIA fue una de las primeras invitadas a nuestra serie de eventos Xceed Rooftop Series. Ahora, aprovechamos para conocerla un poco más a fondo.
Hola GLIA, es un placer tenerte de nuevo con nosotros. ¡Me pregunto de dónde viene ese aka!
¡Hola! ¡El placer es mío! Mira: hace ya años, estábamos en clase de biología, tratando algo relacionado con el cerebro. La profesora nos explicó que las células GLIA ayudan y protegen a las neuronas. Me gustó cómo sonaba aquello de “GLIA” y decidí llamar así a mi próxima mascota. Al final, la cosa desvarió y terminé poniéndome GLIA como nombre artístico.
Preséntate ante los lectores de Xceed Night Mag.
Creo que soy una persona creativa y expresiva. Siento que puedo expresarme de múltiples maneras. Y una de ellas, claro, es la música. Nunca quise limitarme a una sola cosa, así que siempre me ha costado definir qué incluye GLIA. En una frase, GLIA es una parte de mí enfocada en crear música electrónica contemporánea y en pinchar, en hacer de DJ. Como ingeniera y productora de sonido que soy, me topo siempre con el conflicto de cuánto debo incluir a GLIA en otras cosas relacionadas con el sonido y el audio que también hago, como grabar y masterizar a bandas o cantantes, dar clases, guiar a jóvenes o inmiscuirme en diseños de producto. Además, siempre pienso en ideas nuevas sobre cómo expandir el concepto GLIA en colaboración con otros artistas más enfocados en aspectos visuales o similares.
Naciste y vives en Eslovenia. Cuando pensamos en DJs del país, automáticamente nos vienen a la mente Umek y Valentino Kanzyani, dos que no son precisamente jóvenes… ¿Qué puedes decirnos sobre ellos?
Respeto muchísimo a artistas como Umek o Valentino Kanzyani, así como a muchos otros algo más jóvenes y no tan famosos. Lo que han creado es admirable. Gente como Umek me influenciaron mucho cuando era pequeña -aquí le llamamos “fotr”, que significa “el padre”. Recuerdo ver videoclips suyos en la TV, con canciones como “Posing As Me” o “Carbon Occasions” y, sí, revolucionó totalmente mi vida de adolescente. De hecho, la primera vez que fui de rave de verdad fue con Umek y Carl Cox en cabina. Era un evento solidario en Ljubljana y, en aquella época, esa música tuvo un gran impacto en mí. Los admiro, porque son los que influenciaron y, en cierto modo, crearon la escena en Eslovenia. Se las arreglaron para transformer su marca underground en algo mainstream. Hoy en día, incluso aquellos que no tienen relación con la música electrónica saben quién es Umek.
¿Qué tal está vuestra escena a nivel nacional? ¿Hay, como tú, más talentos jóvenes que podrían llegar pronto a hacer cosas grandes en Europa?
Cuando miro hacia nuestra escena, veo un montón de artistas con muchísimo potencial. Sin embargo, en mi humilde opinión, creo que el problema es el miedo a buscar colaboraciones. Colaborar suele ser difícil, debido a un mercado pequeño y saturado. “Todo el mundo conoce a todo el mundo”, así que tienes que “conocer a alguien” para poder empezar. Pero, de verdad, aprecio mucho nuestra escena local pese a eso. Somos un país pequeño, pero gozamos de una escena que tiene prácticamente de todo, desde pequeñas fiestas muy underground en lugares abandonados, hasta grandes nombres internacionales que vienen a actuar aquí. Este año, vivimos uno de los momentos más tristes para nuestra escena local con el cierre de una fábrica de bicis abandonada llamada Rog. Ese ha sido, de lejos, el mejor lugar en el que he pinchado jamás. El gobierno ordenó el cierre porque ellos no ven la importancia que esos lugares tienen para la escena cultural alternativa de nuestro país.
Eres DJ, pero también produces tu propia música. ¿GLIA es más una DJ o una productora?
Buena pregunta. Si me guío por mis conocimientos, GLIA es sin duda mucho más una productora. Pero, si me guío por lo que más he estado haciendo hasta ahora, soy más una DJ. También siento que el estado mental y creativo en el que me encuentro cuando produzco música es completamente opuesto al proceso creativo del DJing. Cuando produzco música, me sumerjo en mi propio mundo, me centro en mis sonidos, en crear mis texturas y ambientes. Cuando pincho, el público, el espacio y el tiempo son siempre factores claves, factores que desaparecen por completo en el estudio. Pinchar es como la cerecita del pastel. Ponerle música a la gente con la que comparto pistas de baile es un disfrute único.
Viviste en Berlín hace no mucho. ¿Por qué crees que todos los productores/DJs acabáis viviendo allí en algún momento de vuestra vida?
Berlín es la ciudad más creativa que he visitado en mi vida. No tiene límites. Puede ser extremadamente grotesca e incluso depresiva, pero creo que la mayoría del buen arte que desprende nace de ese tipo de sentimientos. Normalmente, cuando la gente está eufórica y feliz, no puede ofrecer todo el arte que tiene dentro. Berlín tiene una energía única debido a su historia y a la gran cantidad de culturas que allí conviven. Ofrece mucha inspiración para cualquier tipo de arte: grafitis, cine, moda, pintura contemporánea… y largas y duras fiestas techno. Cualquiera encontrará su lugar ideal en Berlín, cualquiera hallará su inspiración en cualquier fiesta. Cuando estás ahí, sientes que quieres formar parte de eso.
En tu caso concreto, ¿qué te ofreció Berlín distinto a lo que te ofrecía Eslovenia?
Primero, debo decir que yo me mudé a Berlín porque fui a terminar mis estudios. Lo que Berlín me dio (y aún me da cada vez que voy) es libertad total para expresarme. Berlín tiene una energía única. Me encanta cómo una puede perderse por sus calles durante días olvidándose de que el resto del mundo existe. Viviendo allí, desarrollé una personalidad mucho más marcada, lo que me llevó a experimentar más y mejor con mis ideas y a asumir mayores desafíos a todos los niveles. Berlín es una gran ciudad en la que suceden cosas cada día de la semana. Poder ir sola por la ciudad bailando la música que amo hizo que me enamorara de aquella sensación de disfrute en solitario. Fue cuando más me conocí a mí misma. Obtuve distintas perspectivas sobre la vida y la humanidad y gané nuevos valores con los que identificarme.
¿Podemos decir entonces que la GLIA que conocemos y bailamos hoy en día no sería posible sin las influencias de Berlín?
Eso es innegablemente cierto. Y creo que puede percibirse en mis sets. Lo que más gracia me hace es que aprendí muchísimo sobre producción musical y DJing simplemente yendo a los clubs, escuchando y bailando la música que ahí sonaba. Así que mi objetivo es llevar esos sentimientos de vuelta a la gente que viene a mis bolos. Y, si consigo hacerlo con mi propia música, todavía mejor. Lo que creo que más me dio Berlín es determinación, no sólo a nivel personal, sino también en lo que a géneros o estilo de mezclar se refiere.
¿Qué hay sobre tus métodos de producción en Eslovenia? ¿Son los mismos que usabas en Berlín o es más complicado montarse un buen estudio en tu país natal?
Si te soy sincera, volver a Eslovenia me dio más opciones para producir música, debido a que pude ahorrar más dinero para comprar mejor material y nuevos equipamientos de audio. Me monté un pequeño estudio con dos monitores Adam, mi sintetizador analógico Korg, dos otros teclados, algunos micrófonos y pedales de guitarra y, por último, algún equipamiento de DJ, lo que me da la opción de trabajar de forma totalmente independiente. Mis técnicas de producción han cambiado, porque he mejorado todo mi material. Ahora, tengo un enfoque 100% analógico.
Cuéntanos más sobre ese enfoque musical.
Podría hablar de esto durante días. Todo empieza creando sonidos crudos, sonidos originales. Estos son, o bien grabados (ya sea mediante grabaciones de campo o grabaciones vocales), o bien sintetizados con mi sinte analógico. Luego, son procesados vía distorsión analógica o reverb y de nuevo grabados en el ordenador.
Esto es, resumido en una frase, cómo empieza el proceso de creación. Intento ser todo lo estructurada posible: los drums suelen ser el comienzo de mis temas. Intento crear la mayoría de mis sonidos con mis propios aparatos, añadiendo distintos efectos de guitarra para alcanzar el sonido que busco en las percusiones. Luego, siempre hay una baseline, o un synth lead, o incluso una vocal, para conseguir una línea roja del tema. Siempre incluyo algunas vocales grabadas, aunque ello requiera manipularlas para que se conviertan en un elemento percutivo más del tema.
Algunas veces, estoy fuera, en la ciudad, o viajando, o simplemente en eventos sociales, con gente, y me pondría a grabar ‘en secreto’ sólo para usar luego esos sonidos en un tema. Por supuesto, lo haría de forma que no fuera reconocible, pero el objetivo es crear algo que impresione, como sonidos hipnóticos o efectos vocales, muy propios de la electrónica. Mi objetivo es crear tantos sonidos originales como me sea posible. Hace no mucho, estuve en una clase sobre todo esto en una de las escuelas de música de Ljubljana. Tienes que querer crear tu propio sonido. Incluso si ello requiere un descubrimiento mayor y un proceso más exigente. Creo que eso es súper importante.
Llegados a este punto, creo que he automatizado el workflow en el uso de aparatos analógicos. No me gustan nada -de hecho, estoy en contra de aquellos que se limitan a utilizar samples ya existentes o, peor aún, loops en la mayoría de sus temas. Siento que eso no es producir música, sino más bien hacer un remix. Descargar algo ilegalmente en internet y tirarlo en tu DAW sin ningún tipo de organización lógica ni consistencia no es algo a lo que yo llamaría producción musical. Eso no es arte. Es por cosas así que la gente cree que crear música electrónica contemporánea es apretar un botón y boom: felicidades, ya eres productor/a.
Tú no solo creas tus propios sonidos, sino que también construiste nuevos aparatos en el último año.
¡¡Sí!! He estado muy metida en todo lo que es diseño de producto en los últimos dos años. Me aficioné mucho en Berlín. Trabajé con varios prototipos y pedí ayudas a mentores de Microsoft y similares. Y, hasta ahora, nunca me había encontrado tan dentro de un proceso de creación e ingeniería como lo estoy este año. Participé en un taller de construcción de sintetizadores analógicos y logré fabricar un sinte modular con dos osciladores muy básicos y un amplificador. Lo fabriqué dentro de una vieja caja de vino, lo pinté y le añadí botones de plástico para que pareciera menos rígido. Mi plan es añadirle un filtro y un secuenciador para que el sonido tenga más forma y sea más manipulable. ¡Es pequeñito, pero este cacharro es ya bastante bestia ahora mismo!
¿Cómo es la música que produces? ¿Y la que pinchas?
La verdad es que no soy muy coherente a la hora de conectar ambas. Es algo que me da mucha pena, porque, en la mayoría de los casos, mi propia música no encaja en mis sets. ¡Espero conseguir que encaje algún día! Muchas veces, la música que creo suena súper happy y melódica en comparación a lo que pincharía en un club. Creo que eso es, simplemente, consecuencia de mis emociones: cuando hago música, normalmente, estoy contenta, feliz. Cuando la pincho, pretendo que se caigan las paredes, crear una sensación de sótano a punto de reventar.
Has pinchado, de hecho, en varias ciudades de Europa. ¿Cuáles son, hasta ahora, tus mejores experiencias?
Me lo he pasado increíble en prácticamente todos los sitios a los que he ido a pinchar. Empecé a pinchar en el extranjero hace varios años, cuando me hicieron residente de un festival en uno de los destinos más populares para el clubbing en Croacia: Zrće. Luego llegó Valenica y más tarde, Berlín. Allí, he tenido el enorme privilegio de actuar en Griessmühle este mismo año junto a grandes nombres como Insolate, Coyu, Marko Nastić, Clara Cuvé, David Morales, Reinier Zonneveld, Fernanda Martins o Metodi Hristov. Este verano, también he estado muy ocupada con festivales: pinché en el mainstage del mayor festival de electrónica de Eslovenia (StellarBeat). Creo que es el día que he tenido más público en mi vida. También fue increíble pinchar en Dubrovnik (Croacia) durante una noche del sello Deepnd Records en el casco antiguo (donde se rodó Juego de Tronos). No paran de salir fechas y aprecio mucho tener a gente que me apoya siempre allí donde voy.
¿Cuáles son las expectativas de GLIA de ahora en adelante? ¿Algún plan en tu agenda?
Tengo aún algunos bolos en el horizonte. Sin embargo, cada vez siento más que me acerco a una fase centrada en crear música. También me estoy aficionando al vinilo. He estado coleccionando algunos en los últimos años y creo que me apetece empezar a nadar en estas aguas. En lo que a los meses más inminentes se refiere, voy a publicar nuevos EPs en otoño e invierno. Y lo más importante, voy a mudarme (otra vez), lo que supondrá seguramente el cambio más drástico.
¿Cuál es tu mayor sueño como DJ/productora?
Siempre cuesta hablar sobre estas cosas. Quiero ser humilde y modesta. Ya sabes… compartir estos “grandes sueños” en voz alta da un poco de miedo. Por supuesto, tengo mis metas en cuanto a dónde quiero actuar o con qué sellos discográficos quiero firmar. En términos generales, estoy llegando a un punto en el que lo único que deseo, en el fondo, es calidad y, luego, poder compartirlo con aquella gente que ha estado disfrutando mi música y mis shows. Quiero crear música que evoque sentimientos en el oyente, ya sean estos de alegría o de enfado. Y también quiero combinar la música con distintos tipos de arte y colaborar con otros artistas con los que comparto una serie de valores. Pienso, por ejemplo, en crear unas visuales bien chulas, portadas de disco interesantes, cortometrajes… cosas así.
Umek, Valentino Kanzyani y poco más en materia de nombres famosos. ¿Eres una de las mayores esperanzas para la escena electrónica de tu país?
Si me comparo con Umek o Valentino Kanzyani, veo que tengo aún un largo camino por recorrer. Sólo con pensar en la cantidad de años que ambos han invertido en sus carreras y el conocimiento que tienen ahora mismo… sencillamente, no me atrevo a compararme con ellos. Y, sinceramente, tampoco me gusta mucho compararme con otros artistas. Creo que cada uno tiene su propio estilo y nuestra escena local está llena de buenos artistas, muchos de ellos mejores que yo. Lo que es crucial es crear tu propio sonido y tu propia escena. Ese es el ingrediente clave -y muchos ya lo han conseguido.
(Imagen de Portada: © Janez Klenovsek)