Quinta edición del festival holandés DGTL en el Parc del Fòrum de Barcelona. El cartel, en realidad, no traía a la ciudad nada especialmente nuevo, más allá de una decena de prometedores talentos aún por descubrir para el gran público, pero que apuntan ya a ser referencias en la escena clubbing del futuro (os los destacábamos en nuestra guía previa al festival).
El viernes supo a poco. Es una opinión contrastada, una sensación compartida entre muchos de los casi 15.000 asistentes que intentamos (sin éxito) llenar los escenarios AMP, Generator, Modular y Frequency. El madrugador y demoledor set de Anetha, nueva figura de la escena rave europea, el preciosismo del directo étnico de Satori, el disparo mental y envolvente de Octo Octa (también en formato live) y el atrevimiento de la selectora Ylia fueron algunas de las pocas excepciones a destacar.
Mencionar a todos ellos era cuestión de justicia, como lo es también destacar el impresionante directo de Henrik Schwarz en la noche del sábado en el Modular y la sorprendente sesión de Marco Carola al mismo tiempo en el AMP -aceleró el pitch más de lo normal y trasladó al público a sonidos del pasado con el dance old-school de gente como Groove Armada con su “Superstylin” o el minimal techno de M!nus con el “Porch” de Marc Houle-. No menos brillantes fueron las sesiones de los DJs Todd Terje, Bedouin y Acid Pauli en la Closing Party del domingo, también en el AMP. DGTL fue de menos a más, pero hubo cinco nombres que tocaron el cielo, cinco artistas que, en DGTL Barcelona, se consolidaron como titanes en lo suyo.
5. Barnt & Roman Flügel
Uno de los alicientes del cartel era la exclusividad de algunas uniones sobre el escenario. Fue el caso del primer b2b2b de la historia del festival con Dubfire, Seth Troxler y Tiga (sucedió el viernes en el AMP). Y también fue el caso del b2b de Barnt y Roman Flügel. Larry Heard le puso el broche a su concierto junto a Fatima y Paul Cut cantando el sempiterno “The Sun Can’t Compare” y creando entre el público una atmósfera mágica. Era todo un reto ponerse a los mandos del Modular después de aquello. Barnt y Roman Flügel superaron la prueba con un éxito incuestionable. Tanto, que incluso pareció por segundos que Larry Heard se iba a marcar un bis. Pero no, el sonido venía desde el mixer que estos dos grandes diggers compartieron durante 120 minutos para llevarnos de un house al más puro estilo Chicago a tonos más propios del melodic y el deep techno. Mantuvieron siempre un aire progressive y abrieron la puerta a alguna que otra rareza, eliminando así cualquier atisbo de monotonía. Algunas veces, los b2b inéditos fracasan. Otras, dan con la tecla adecuada y suponen un punto de partida. Ojalá veamos a Barnt y Roman Flügel juntos de nuevo. En cualquier caso, el recuerdo permanecerá ya para siempre.
4. Xosar (live)
Xosar era uno de los nombres marcados en rojo como imperdible en el itinerario. La artista americana afincada en Berlín alcanzó unos niveles de improvisación nunca vistos en DGTL hasta la fecha. No percibimos apenas estructuras clásicas de track. Fue una hora de directo totalmente imprevisible, en el que drones, bases rotas, pellizcos noise y sintetizadores raveros y ácidos lograron que los más madrugadores del Generator (eran las 18h del sábado) se entregaran a los encantos de esta peculiar y esotérica performer que, si no lo es ya, pronto será un pilar fundamental del sonido más rave del continente.
3. Colin Benders (live)
Nunca falla. Colin Benders sorprendió a todos los que se agolpaban (de nuevo en el Generator) para ver de cerca al rey del sintetizador modular. Actuó de espaldas al público. O, según como se mire, con sus cajas modulares de cara al público, permitiendo que toda la pista pudiera observar en primera persona todo su trabajo. Cualquier asistente a DGTL pudo así disfrutar más que nunca y desmelenarse junto a Colin Benders, quemando zapatillas siguiendo sus ritmos techno ácidos y sin pausa. Era viernes y, tras el gran opening de Anetha, ese escenario requería algo así. Hacía falta un revolucionario. Y ese fue Colin Benders.
2. Skatebård
Algo dentro de nosotros nos decía que la sesión de Skatebård no iba a ser una más. Viene de protagonizar una de las mejores actuaciones en el festival de referencia Dekmantel y su nombre es ya uno de los más grandes en su Noruega natal. Fue el penúltimo en poner música en el Frequency. Antes que él, Mr. Scruff. Tras él, Lil’ Louis. El resumen podría ser “música house”, pero Skatebård quiso darnos algo más. Con joyas como el “Super People” de Sunlightsquare o el “Take Me Away” de Pin Up Girls y con su simpática puesta en escena, nos llevó de viaje a épocas doradas del dance, el disco y el italo. Dos horas que serán difíciles de olvidar.
1. Paula Temple
Se llevó una de las mayores ovaciones del fin de semana. Como siempre, a caballo entre el live y el DJ set, Paula Temple se atrevió con prácticamente todo cuanto sonara violento. Como si del mismísimo demonio encarnado se tratara, la artista inglesa fue acelerando el pitch sin mesura, mientras el tono de la performance iba acercándose a un estado de demencia incontrolable. Cada agregación de elementos causaba estruendo. Cada movimiento en cabina, gritos en pista. La gente se entregó al rave de Paula Temple, ese sonido difícil de catalogar que no es ni techno, ni acid, ni electro, ni industrial, ni EBM, sino todo a la vez. En los tiempos que corren, es una propuesta musical única en el mundo. Y DGTL se entregó a ella como ella se entregó a DGTL.
(Imagen de Portada: © Phlame)