Difícil es hoy en día, en la escena de clubs europea, cruzarse con alguien a quien el nombre de Bassiani no le resulte familiar. Bassiani es uno de los principales clubs de Tbilisi, capital de Georgia. Y, por fortuna o por desgracia para ellos, el más famoso.
Bassiani se convirtió en tema de conversación y en objeto de apoyo a nivel internacional en mayo de 2018. Aquella noche de primavera, la policía georgiana intervino el club en plena madrugada, sorprendiendo a los clubbers en mitad de la pista de forma violenta y arrestando a los directores sin motivo aparente.
Muchos fueron los artistas que enviaron fuerza y apoyo a Bassiani: Ben Klock, Dixon o Nina Kraviz, algunos de los más notorios. La comunidad clubber de Tbilisi se echó a las calles y la capital de Georgia empezó a aparecernos en el timeline por tener una rave montada frente al Parlamento, en plena Avenida Rustaveli (la más importante de la ciudad).
Bassiani, asaltado por un hombre armado año y medio después
No pasó mucho tiempo hasta que Bassiani fue reabierto. La normalidad estaba reestablecida, hasta que el club situado bajo el Estadio Nacional de Fútbol de Georgia sufrió otro duro golpe moral. Este, mucho más fortuito, si bien también mucho más peligroso.
Nos despertamos un domingo con la noticia: “Un hombre ha asaltado Bassiani con un arma de fuego y tres miembros de la seguridad del club han sido hospitalizados. Nadie ha resultado herido.” “¿Otra vez Bassiani?”, nos preguntábamos. Hablamos con VL, periodista del país especializado en la escena de clubs, que nos contó la historia al detalle:
Un hombre de 39 años asistió a Bassiani, invitado por uno de los DJs que actuaban esa noche. Al parecer, el tipo bebió más de la cuenta y decidió acercarse a la cabina para pedir al DJ que estaba tocando en ese momento que pusiera una canción del rapero 2pac. Evidentemente, el DJ no accedió. El hombre empezó a alterarse y a mostrar actitudes violentas, lo que llevó a la seguridad de Bassiani a echarlo del club. El tipo se fue enfadadísimo a casa, cogió su escopeta Winchester, volvió a Bassiani y empezó a disparar en dirección a los accesos. Tres miembros de seguridad fueron alcanzados, pero todos están bien.
La historia detrás del asaltante
“Desde que la policía intervino Bassiani en 2018, siempre merodea por los alrededores cuando el club está abierto. Eso no gusta a los que solemos ir a bailar, pero el otro día fue clave para evitar una catástrofe”, nos cuenta KF, una asidua al club. Como bien explica, la policía detuvo al asaltante enseguida, y la severidad de las leyes georgianas no parecían -en un principio- augurarle un buen futuro. Pero ese no es el final de la historia… Volvemos con el periodista VL:
Este hombre hizo ya algo parecido en 2010. Fue a una farmacia a comprar medicamentos con efectos psicotrópicos y, cuando se negaron a vendérselos, fue a por la escopeta y volvió al lugar amenazando con disparos al aire. En aquella ocasión, la policía lo soltó enseguida. Su padre dona buenas cantidades de dinero al partido que gobierna en el país y eso, por desgracia, fue clave para que le dieran la amnistía. En esta ocasión, no ha disparado al aire, sino contra tres personas inocentes. Se habla de que podrían caerle más de 20 años… o prisión de por vida.
Pocos días después, la comunidad clubber georgiana se echaba las manos a la cabeza. La Fiscalía emitía un comunicado en el que especificaba que el acusado “portaba un arma de caza, que no consta en el listado de armas cuya tenencia es ilegal”. Por ello, la Fiscalía pedía su liberación inmediata hasta la celebración del juicio, petición a la que el juez no accedió. La acusación por “intento de graves daños corporales y vandalismo” sigue en pie. VL nos espeta:
Amigos nuestros son encarcelados por llamar imbécil al Ministro y este bastardo que intentó matar a tres personas no es considerado un criminal. Así funciona nuestra selectiva justicia.
Un problema de fondo en Georgia
“La gente tiene un ego exageradamente grande aquí. Cuando alguien recibe un insulto, problemón al canto”, nos cuenta KF. “Lo llevan intrínseco en su nacionalismo y en su hipermasculinidad”, afirma.
Pese a todo, no hay mal que por bien no venga: “Al menos, esto está haciendo que -otra vez-, en Georgia se esté hablando de los graves problemas que tiene esta sociedad y de los grandes cambios que deben propiciarse por el bien de todos. Este fue un evento exagerado y casual, pero sucede todos los días, ya sea en casos de violencia doméstica o de peleas callejeras.”
Naja Orashvili es una de las propietarias y directoras de Bassiani. Pocas horas después de lo ocurrido, lanzó un comunicado en redes sociales. Estas son las frases más destacadas:
Tres miembros del equipo de seguridad fueron alcanzados. Uno, operado. Los tres, en condiciones estables. (…) Según los informes oficiales, el asaltante estaba sólo bajo los efectos del alcohol. (…) No tengo palabras para describir la valentía de nuestro equipo por defender a Bassiani y a su gente. Es esta recompensa en forma de amor lo que nos da la fuerza para permanecer juntos y luchar contra la violencia. (…) Nuestras puertas siempre han estado abiertas a diferentes grupos sociales porque creemos en el cambio. Hemos visto a mucha gente cambiar radicalmente su punto de vista sobre la vida. Es para lo que creamos este espacio. (…) Por último, estoy segura de que, dada la actual situación de Georgia, en la que suceden constantemente hechos de esta índole, esta historia no asustará a nadie, pero servirá como la enésima prueba de que espacios como el nuestro son los más seguros y libres del país, por lo que necesitan protección y seguridad.
Otra de las partes implicadas es Vodkast Records, la principal tienda de discos de Tbilisi. El DJ que invitó al asaltante a la fiesta forma parte del equipo de Vodkast. La tienda no tardó en reaccionar anunciando públicamente su rechazo absoluto hacia el asaltante, de quien dicen que “se aprovechó de una invitación que, como imaginaréis, nunca fue malintencionada”.
Los clubs y la música techno aportan esperanza
La situación en Tbilisi, y en Georgia en general, es tensa. Los casos de violencia, ego, homofobia y machismo se repiten casi a diario. Los partidos en el poder, influenciados por la Iglesia Ortodoxa y, también, por los dirigentes rusos, apenas hacen nada para evitarlo o hacer que cambien las cosas.
La nueva generación es la gran esperanza. Y esta generación ha encontrado en la música, el baile y la escena de clubs su gran refugio. Al igual que Bassiani, otros espacios mágicos como Khidi, Cafe Gallery, Drama Bar o Mtkvarze trabajan cada semana para tratar de cambiar el mundo. O, al menos, su mundo.
En palabras de KF: “Los clubs buscan crear el cambio con su cultura. Bassiani es una entidad jodidamente poderosa aquí y el gobierno reconoce su fuerza. Ha sido el club al que se le ha dado más cobertura debido a las redadas, pero todos los clubs de Tbilisi están generando un gran cambio.”
(Imagen de Portada: © Saba Gorgodze)